El caso involucró a una pareja de policías y al oficial superior y terminó en un escándalo: la mujer policía, que admitió pagar con sexo una deuda a su oficial, fue cesanteada. Y el oficial superior no fue sancionado.
El hecho se desató en el año 2018. Un oficial, EM, denunció a dos agentes, AI y LB (quienes prestaban servicio en la comisaría de Bernardo Larroudé) por el uso sin autorización de los datos de la tarjeta de crédito entre marzo y agosto de 2018.
Los dos fueron sobreseídos por un juez de Control de Pico, Alejandro Gilardenghi. Pero en rigor se trató de una conciliación, con la aplicación del principio de oportunidad: lo puede usar alguien que comete por primera vez un delito. Lo hicieron por consejo de su abogado.
Aunque fueron sobreseídos en la causa penal, hubo un expediente judicial y un sumario administrativo que siguió su marcha aun después de la extinción de la causa penal.
AI, al rechazar la acusación del uso de la tarjeta de crédito de su oficial, relató otra historia.
Dijo que un día estaba en la guardia de la comisaría de Larroudé y llegó el oficial EM en el colectivo de Pico. “Yo estaba mal porque le habían cortado el celular a mi mamá que estaba pasando un pozo depresivo”, contó.
“El oficial me pregunta que me pasaba y le comenté. Primero me ofrece abonar mi línea y le pedí si podía también pagar la de mi mamá. Me contestó que sí, que le podía devolver el gasto con los adicionales, ya que él los diagramaba”, relató.
Y dijo: “Llamé por teléfono desde mi celular con el oficial parado al lado quien me dictaba el número de su tarjeta para registrar el pago.
Esa noche registramos el pago, se habilitaron las dos líneas y me dijo que la semana siguiente me iba a dar un banco para que con ese servicio de policía adicional le devolviera el pago que había hecho”, explicó.
“La semana siguiente hice adicionales normalmente y cuando quise devolverle el dinero me dijo que no, que quería arreglar de otra forma. Accedí, desde ese día nos empezamos a ver en su casa, en la que está detrás de la Comisaría”, dijo la mujer policía.
Aunque hasta mayo “estuvo todo normal”, la mujer dijo que “después creo que fue en junio, creo que se había descontrolado la situación, él me pidió que hiciera cosas que ya no quise acceder por respeto a la institución, como estar en el Legajo…”.
Mientras seguían con ese intercambio, AI dijo que “yo quería terminar todo bien, pero él amenazó con contarle a mi marido. El último pago, creo que fue en agosto, pasó mucho tiempo y cosas en el medio, ya se había ido de Larroudé, me dio los números de la tarjeta para que siguiera pagando la línea”.
LB sostuvo que “el problema fue que la ligo de rebote porque esa línea telefónica se puso a nombre mío. Pero yo me desligué de ella, era para uso de mi esposa. De ahí en más no me responsabilicé por esa línea ni de su pago. Yo me entero cuando me llega la citación para presentarme en los Tribunales de Pico con la denuncia, me agarró totalmente de sorpresa”.
Al igual que su esposa, LB aceptó usar el criterio de oportunidad porque así no salía a la luz la relación de ella con su oficial superior.
La madre de AI confirmó la historia: que el oficial le ofreció seguir pagando la línea de celular a “cambio de sexo”. “Ella me habló mal de él por lo que le pedía, como que estaba pesado o insistente. Después no sé cómo se genera la discusión entre ambas partes….”, relató la mujer en el sumario.
La FIA consideró que LB era pasible de una cesantía, pero permite aplicar días de arresto por los antecedentes.
Pero en el caso de la policía AI consideró que “en su relato mostró no haber mantenido una conducta acorde a lo que se pretende como personal policial desacreditando su decoro al solo efecto de abonar una línea telefónica”.
Por lo tanto le recomendaron la “destitución con carácter de cesantía”. El sumario de la FIA nada dice del oficial EM, quien no fue sometido a sumario alguno.
Fuente: El Diario
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